miércoles, 13 de abril de 2016

Bórrame.

Entre tanto descontrol has obedecido a cada necedad que he dicho, de mis necedades esta podría ser la única realmente realista: Bórrame, de verdad, te reto a que lo hagas. Bórrame como a un garabato en tu vida, bórrame de tu piel, de tus tardes, bórrame cuando el sol arde, olvídame en tus insomnios, bórrame de tu sonrisa, de tus manos, bórrame de aquel lugar en el que solíamos sentarnos, de aquel día en el parque, o de la noche en el bar. Bórrame amor, bórrame como a un error. Te reto, ya sabes cómo me encanta hacer esto. Borra mi cuerpo sobre el tuyo en mi habitación, nuestras tardes de películas y nuestros almuerzos compartidos. Fotografías, cartas, canciones, chocolates. Esconde y tíralo todo antes que me acabe este último cigarrillo, hazlo y tal vez ganes, has sido un gran jugador. Lo haces tan bien que podría creer que no me conoces cuando pasas a mi lado y finges que no me ves, pero vamos, cuando deje caer la colilla será el fin, seguiré sentado aquí, riendo al verte desesperado, frustrado, cansado, tratando de borrar mi recuerdo del lugar intocable, tu alma. Allí quedaron marcadas mis garras, tu alma quedó infectada, y no, no podrás, no podrás hacer nada para curarla. Es ahí cuando entenderás que huir de todo no siempre funciona, es ahí cuando entenderás que aunque intentes, no hay forma de escapar de la mierda que llevas dentro, esa que tarde o temprano comienza a apestar y te pudre, te pudre como no tienes idea.


Amor, cielo de mi cielo, por si todavía no captas la única regla del juego: pueda que sea el más iluso de todos, puedo ser veneno y a veces fuego, tu peor error o tu más grande pérdida de tiempo, puedo ser quién quiera y nunca más quién tú quieres, pero desde el comienzo de este amargo existir he tenido claro las cosas que no soy, y además de no ser a quién pueden domesticar, yo no soy la persona a quién tú podrás olvidar.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Puerta al infierno.

No los veas, anoche estuvieron lloviendo por toda la habitación.

No los veas, están cansados y hace mucho que apagaron su luz.

Sus ojos solían gritar verdades al mundo, verdades devastadoras, sus ojos eran como un millón de años en la oscuridad, sus ojos siempre iban y venían de un lado a otro, sangrando, con el peso de sus ojeras, con el peso del mundo y de las mentiras que decía con su boca. Oh, esa boca. Cada vez que hablaba los ojos gritaban. “Ayuda, por favor”. Nadie podía notarlo.

Esos ojos, que siempre iban vendados, tapados, que solían ver solo hacia adentro, pues prefería los monstruos dentro de su cabeza que los que habitaban a su alrededor. Sí, es cierto que también ocultaban mil quinientas mentiras diarias. Sin embargo, él sabía que era el peor de todos, no solo viviendo, sino también mintiendo. Él sabía que debía esconderlos, que nadie nunca debía verlos si quería seguir jugando a ser dios, a tener todo bajo control, a mentir con palabras, con caricias falsas. Él sabía que aquellos ojos, hablaban, que eran la puerta a su infierno, una puerta bloqueada.

Él tapaba sus ojos incluso cuando amaba, ya que en esos momentos, solo en esos momentos, no había forma alguna de hacer que su asquerosa boca mintiera, así que era mejor asegurarse de taparlos bien, porque cuando él amaba, dios moría y el diablo salía.

Foto por Abel Flores.

viernes, 30 de octubre de 2015

Miedos.

El vaso está servido, a veces medio lleno, a veces medio vacío. Está ahí, sobre aquella desordenada y no muy limpia mesa. Gota a gota, cada cubo de hielo se agota. Todo alrededor callado y solo, como si nadie más fuera a derramar el agua, o en el mejor de los casos, tomarla. Sin embargo, se acaba, se acaba y no emana. Afuera es de noche, casi tan de noche como lo es adentro. Aquí no hay nadie, el salón está vacío y se ve más lejos, más frío. Tan frío que quema, en los recuerdos, en los lazos rotos. Una voz ronca que se desgarra a lo lejos, él tiene miedo. En los peores momentos, ese es su secreto. Él siempre tiene miedo. El agua corre adentro, y el vaso… El vaso se ha vuelto eterno.

sábado, 17 de octubre de 2015

Como en las noches.

Estoy tratando, tratando una y otra vez, de verdad lo hago, poco a poco me acerco más a ser esta persona desinteresada, menos intenso y más calmada, pero ¿a qué precio? ¿Acaso es esto lo que quiero?.. Siempre agotado, siempre molesto. Tal vez todo es un juego, quiero decir, ¿no es eso? ¿Cuál es el punto de todo? El trabajo, los estudios, el esfuerzo, los amigos, las relaciones, la familia. ¿Por qué estoy involucrado? ¿Tiene sentido seguir con ello? ¿Tiene sentido no sentir todo tan intenso? Porque parece como si estuviera solo colgando, como si estuviera vacilando en algún sitio.

Shh. Cállate Elías, cállate y duerme que no hay ningún demonio debajo de tu cama, eres solo tú otra vez, tú otra vez en el mismo maldito lugar, eres tú por las noches en las que no quieres dormir, eres tú, Elías. La mente jugando, la mente gritando. Es eso, no hay nada más. Eres tú sacando a relucir cosas que no existen, eres tú tratando de convencerte de que todo está bien por las mañanas y alargando lo más que puedes la llegada de la noche.

Parece que todos gritan allá afuera, y tú solo quieres callarlos, detenerlos, apagarlos. Todos están gritando, el mundo está gritando y quieres bajar antes de explotar, quieres poner tus manos sobre el cuello tenso y sonarlo como si fuera el mar reventando en las piedras, estirar tus omoplatos y tomar un último aliento antes de gritarles que no estás enfadado, que está todo bien, que no estás triste, tampoco enamorado, no es hambre, no es un mal día, no es una mala vida, no son las tres cervezas que tomaste el otro día y tampoco la media caja de cigarrillo sobre la mesa, es que, eres solo tú, siendo tú, como siempre, como en las noches. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Nunca más.

Y nunca más lo volví a sentir,
Busqué, y buqué,
Con toda la esperanza de volver
Volver a donde estuvimos
Volver a donde empezamos
Volver a nosotros
Pero ambos nos fuimos
Nos fuimos demasiado lejos
Entonces comprendí lo único que fue
Entonces comprendí que te amé
Te amé como no volvería amar
Ni siquiera a ti
Te amé como no se debe amar
Pero aun así, yo te amé
También supe que nos volveríamos a encontrar
Lo que jamás imaginé
Es que esa despedida
Sería nuestra última vez

jueves, 10 de septiembre de 2015

Aguas.

Un día, en una horrible despedida, me dijeron que yo, en vez de hacer feliz, hacía pensar. Jamás me había sentido tan devastado como me sentí con aquellas palabras, posteriormente entendí que estaba bien. Que yo no quería hacer a nadie feliz a base de engaños, ni viceversa, yo quería ser real y luchar. Agradecí por eso, a pesar de que todo se hundía y mi barquito llevaba un agujero que dejaba al agua entrar, llegó un momento donde aprendí a nadar, y entonces supe que no necesitaba a alguien recordándome lo que valía, ahora yo lo sabía. Día a día, sabía que salía ahí afuera a luchar por hacer a alguien más pensar, y ese, ese era mi don. Yo no nací para lo fácil, yo amaba sumergirme bajo el agua y nadar hasta llegar a otros puertos, aunque costara, aunque me cansara, aunque me perdiera, aunque volviera a la superficie solo para ver que afuera también llovía ausencia, ira y muchísimo dolor, pero yo reía y volvía a mi destino. Muchas veces me topé con personas que nadaban tratando de llegar a ese puerto, muchos siguen, otros solo se hundieron. Pobres. No saben de lo que se pierden, ver el amanecer sentado en la playa, sentir las olas llegar mansas bajo tu pisada, y la brisa, la brisa calmada. El paraíso se encontraba al final y pocos lo lograban, sin embargo ahí me veo, sentado, respirando, feliz de encontrar mis cartas almacenadas en botellitas de amor, mis cartas que fueron no escritas para cualquiera, mis cartas que fueron escritas por mí y para mí. Estas cartas que cuando esté allá en el final, me recordaran todo lo que alguna vez logré solo para vencer el océano que suelo ser.

martes, 25 de agosto de 2015

Me debes, amor.

Todo es confuso, y oscuro, y frío. Mis tristezas se remueven en mis entrañas cuando cada herida recibe amor. ¿Es así como se sienten los cachorros después de sufrir en calles oscuras? ¿Es así como se sienten las mujeres abusadas cuando intentan volver a la carne? Como si quisiera, como si realmente quisiera creer pero no se puede, ya no se puede, porque duele, lástima, hiere y esto, esto me enloquece.

Oh, el amor, ya te he conocido, viejo amigo. Sé cuál es tu truco, sé que solo eres lindo al principio y luego eres el peor de todos los demonios, te conozco amor, te conozco tanto que te quiero lejos, te conozco tanto que cada noche antes de dormir, mi cuerpo se alerta ante tus buenas noches, ante tu cariño, ante ti. Mi cuerpo tiembla y trata de huir. Déjame, por favor, déjame aquí. ¿No ves que me duelen las piernas de andar y las manos de luchar? ¿No ves que mi sonrisa rompe en llanto con facilidad? No me arregles, no lo hagas, la última vez que lo intentaste fue peor el remedio que la enfermedad. Quiero mis manías, quiero mi soledad y mi depresión, quiero esto que me quiere a mí, quiero esto que me hace daño de principio a fin y no se esconde con esperanza y generosidad.  ¿Cuál es el punto? No tiene sentido, quiero decir, el ser humano no tiene sentido. Buscando felicidad al lado de otro imperfecto, buscando placer vacío y a veces lleno. Buscar para luego huir, buscar para sufrir, una y otra vez, una y otra vez. Estoy tan cansado de esto. Que ilógico y patético, quisiera dejar de ser humano, humano lleno de recuerdos y culpas. Y es que, es realmente patético, ¿sabes? Estar con alguien, a punto de empezar a querer y de repente, todo pasa, como una película, todo el sabor amargo se te viene, de regreso, como recordándote lo que podría pasar, trayendo caras del pasado para revivir rencores y temores. ¿Es que acaso no lo recuerdas? Cuando fuiste real, por primera vez fuiste real, cuando amaste, cuando luchaste, cuando lo diste todo por nada a cambio, cuando corrías para esconderte del mundo, cuando corrías tanto con tu acompañante de la mano, y corrías y jalabas, “vamos, por favor, sigamos” decías, suplicabas mientras sus rodillas vacilaban, “no caigas, mi amor, no caigas”, y entonces te preguntabas ¿de dónde salen estas fuerzas? Pero entre suplicas, reías, reías tan fuerte sin que nadie te contara ningún chiste, reías tan fuerte cuando recibías migajas, como un vagabundo a la orilla del puente, conformándote con lo mas poco, con lo más efímero que te hacía volar, eras una especie de adicto, un loco. Dabas pena, pero eso, nadie lo notaba porque todos lo llamaban ‘amor’, sí. Tenías hambre, mucha hambre, y le encendías, como a un cigarrillo cuando ana volvía, le encendías y fumabas, cada calada era como un bocado de vida, creías que te zaceaba, realmente lo creías, sin embargo no veías las ojeras, ignorabas la tos que te asfixiaba a mitad de camino,  y en algún momento, se volvió ceniza. Todo, todo menos tu tos. Cada caricia, cada beso, cada lágrima, cada sonrisa, los juegos, las llamadas, los apodos, los gemidos, tus manos, las mías, nuestras almas, pecho con pecho, vida con vida, los lugares ocultos, los lugares prohibidos que juntos visitábamos, mis gritos, tus silencios, nuestros miedos, esperanzas, sueños, todo era nada, incluso los recuerdos que ya no estaban. Menos la tos que siempre se agravaba.

No te escribo a ti, le escribo al amor, le escribo porque me debe mucho, me debe noches, me debe peleas, me debe tanto que la cuenta esta por ser cerrada.

jueves, 20 de agosto de 2015

Máscara.

Soy mis mil malditas caras, soy cada una de ellas.
Soy esto y aquello, lo que ves y lo que oculto.
Soy las risas del alba y el llanto de cada crepúsculo,
soy tan autentico como puedo y tan cambiante como el océano,
soy el actor más sincero en esta obra de teatro,
 jugando cada papel en el libreto
 haciendo los actos necesarios para cada aplauso,
pero aunque las flores de agradecimiento traigan esperanzas
también traen consigo
espinas y veneno que mata.

lunes, 3 de agosto de 2015

Orden de Restricción.

Y por alguna extraña razón, aquí me encontraba yo, soportándote una vez más, como si ya no hubiera sido suficiente. Cada conversación era peor, ninguna tenía sentido y todas terminaban dejándome cada vez más exhausto, de la vida, de este amor vencido que se había vuelto veneno, estaba malditamente exhausto de ti y tus pésimos chistes, de tus manías y tu extraño dormir, mis noches esperando que respondieras y tu desinterés, estaba malditamente harto de verte en la puerta, siempre dando un paso adelante y otro atrás, quedándote en el mismo lugar, burlándote de mí, burlándote de nuestros recuerdos que no se han vuelto más que tormentos, convirtiéndote en un asqueroso títere de tu eterna indecisión hacia la vida,  esa que no te dejaba avanzar y que te convertía en un triste y patético ser sin futuro ni destino, vaya, mi amor, que genial se siente llamarte así, de hecho creo que ni siquiera con mis apodos cursis hacia ti me había sentido tan sincero, y ahora, tengo tantas ganas de ser sincero contigo, porque como ambos sabemos, tu mereces todo lo mejor, entre esas cosas la verdad, y no había otra verdad más que esta: pareces una cucaracha arrastrándote, agonizando, creyendo que tu vida de fantasías te llevaría a algún lado, temiendo a cada uno de los demonios que te acechaban hambrientos, ocultándote de todo y huyendo, pero por mi parte, querida escoria mía, ya me harte de que estés siempre obstruyendo la entrada y salida a mi vida, así que hoy, decidido y cansado, te ordeno que te vayas, que te vayas a otros mares, que esta marea ya no te quiere cerca, que no está permitida tu entrada, te ordeno que vayas a infectar a otros débiles, porque ya yo me cansé de serlo, era suficiente con ser la sombra de mi familia como para también ser la tuya, así que desaparece, no volveré a esperar tu lástima o que algún día veas cuánto daño me haces y te detengas porque se supone que me quieres, vaya a saber Zeus a quién carajos quieres, es momento de que comience a quererme yo, es momento de que me preocupe el daño que me haces y que te detenga, que suelte tu brazo y agarré el mío como solía hacerlo, de borrarte de cada rincón de mí alma sin compasión alguna, hoy es momento de volar, y te advierto que si decides quedarte en esa maldita puerta, me lanzaré por la ventana, pueda que caiga o pueda que vuele, pero no seré yo el que sea aplastado por una casa fría y vacía, por eso, por eso y por todo lo que vivimos, hoy te digo, que si no entiendes siempre recuerdes: “algunos lo llamaron egoísmo, yo lo llamé amor propio.”

miércoles, 17 de junio de 2015

Hijos de Caín.

Venían por mí, los sentía siguiendo cada uno de mis pasos, acechando, y yo, tan débil y tan cansado, me descuide. Ellos están aquí, están furiosos y no dejan de gritar. Tengo tanto miedo de volver, pero de un momento a otro, todo se torna gris.

No hay escapatoria, no tengo a donde ir, solo estoy sentado aquí, pensando en detonar mi cabeza y volar mis ideas.

Amonet y Rá se manifiestan, se apoderan de estas manos y lo que hago con ellas, me hacen ver tan sucio como me siento y mis palabras se vuelven veneno, y la alegría se me vuelve ira. Soy una enfermedad mortal, una bomba de tiempo que destruirá todo, menos a ellos, ellos siempre estarán aquí, en este infierno al que pertenezco, aquí donde me quemo.

Que tonto fui al creerme en el paraíso, como si Dios aceptara de nuevo a ángeles caídos en su reino.

Soy ira, soy furia, soy lujuria.
Soy burla, soy mentiras.
Soy lluvia que quema e intoxica.

Entre tanto ser y no ser, soy lo que ellos dicen pero nunca quién quiero ser.