domingo, 30 de marzo de 2014

Muy cerca, o quizá, muy solo.

“Si alguna vez me suicido será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso. Quisiera quedarme en la cama hasta tarde, por lo menos hasta las nueve o las diez, pero a las seis y media me despierto solo y ya no puedo pegar los ojos. A veces pienso qué haré cuando toda mi vida sea domingo.”  Mario Benedetti - La tregua

Concordé con Benedetti, si algún día decidiera suicidarme y acabar por fin con mí amarga existencia, sería un domingo, sin duda alguna. Un domingo por la mañana, porque, dios, como amo las mañanas, las mañanas de rocío, donde el alma esta en paz con los pensamientos, donde la calma abunda en mi corazón. Y si mi vida acabara una mañana, para mí, estar más allá de la muerte sería como una de ellas.

Si tuviera que elegir una canción para mi final, sería ‘Can you feel my heart?’ y aunque suena retorcido, espero que la primera persona que me encuentre, escuche mi último latido para así decir que, sí, en definitiva, pudo sentirlo. Esta canción y yo seríamos uno, sintiendo la oscuridad, y preguntando por el resto de la eternidad a todo aquel que se acercase a mi tumba “¿Pudiste tú, cuando yo estaba con vida, arreglarme?”

Y, para terminar, mis últimas palabras escritas, tal vez con sangre para darle un poco de interés al asunto, serían…


Perdonadme por nunca ser quien en realidad soy.

domingo, 23 de marzo de 2014

Somos uno.

Eres mis secretos, lo que no tengo y lo que espero.
Eres mi orgullo, mis caricias y mi desespero.
Mis historias más oscuras te pertenecen.
Mi pasado y mi porvenir van unidos al tuyo como uno solo.
Porque tú eres un antes y un después.
Mi todo y mi nada.
Mi lucha y mis condolencias.
Y aunque nuestra sangre es distinta, su dirección es la misma.

No hay nada que temer, amiga mía, porque aquí estoy yo
y estoy contigo.
Amando cada cabello en forma de caracol que rodea tu cara,
esos pequeños e inclinados ojos que me ven con dulzura
esos abrazos místicos que solo tú sabes dar a una persona
Tú espíritu luchador y defensor que nunca se cansa
ese espíritu que se hace fuego ante una injusticia
y se vuelve agua que calma.

La vida podría sublevar en contra nuestra,
también podríamos tener un funesto final
pero nada de esto es importante porque yo,
mataría por ti
y tú, lo harías por mí
y de eso se trata todo, de que en esta largo camino,
después de cada crepúsculo
y al comienzo del alba,
lo que tú eres yo soy,
y lo que yo soy,

tú eres.