miércoles, 23 de julio de 2014

Pinceladas para mi alma.

Tus largos dedos tomaban el pincel como a mi alma,
tu palidez le daba vida a mi calma.
Bailando sobre el óleo, la luz tenue de la habitación iluminaba tu negra mirada
tus rizos caían inspirando maldad pero tu sonrisa decía lo que ocultabas
¡Oh, tu dulce sonrisa!
Como amaba verte sonreír, amor mío.
Aquella sonrisa escondía el toque de locura necesario en cada artista,
cargada de amabilidad y una triste oscuridad.
¡Como amaba tu oscuridad, amor mío!
Tus sombras se expandían por todo el salón y escuchaba tu voz,
tu dulce voz tratando de descifrar el misterio de la vida con una canción
y tus ojos, ¿Qué tenían tus ojos?
Cansancio, melancolía, tristeza,
quién sabe,
 pues yo no lo sé y nunca pregunté.
La única pregunta que me hago, amor mío, es,
¿Conservarás tú mis dibujos?
Porque todavía yo
conservo los tuyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario