sábado, 17 de octubre de 2015

Como en las noches.

Estoy tratando, tratando una y otra vez, de verdad lo hago, poco a poco me acerco más a ser esta persona desinteresada, menos intenso y más calmada, pero ¿a qué precio? ¿Acaso es esto lo que quiero?.. Siempre agotado, siempre molesto. Tal vez todo es un juego, quiero decir, ¿no es eso? ¿Cuál es el punto de todo? El trabajo, los estudios, el esfuerzo, los amigos, las relaciones, la familia. ¿Por qué estoy involucrado? ¿Tiene sentido seguir con ello? ¿Tiene sentido no sentir todo tan intenso? Porque parece como si estuviera solo colgando, como si estuviera vacilando en algún sitio.

Shh. Cállate Elías, cállate y duerme que no hay ningún demonio debajo de tu cama, eres solo tú otra vez, tú otra vez en el mismo maldito lugar, eres tú por las noches en las que no quieres dormir, eres tú, Elías. La mente jugando, la mente gritando. Es eso, no hay nada más. Eres tú sacando a relucir cosas que no existen, eres tú tratando de convencerte de que todo está bien por las mañanas y alargando lo más que puedes la llegada de la noche.

Parece que todos gritan allá afuera, y tú solo quieres callarlos, detenerlos, apagarlos. Todos están gritando, el mundo está gritando y quieres bajar antes de explotar, quieres poner tus manos sobre el cuello tenso y sonarlo como si fuera el mar reventando en las piedras, estirar tus omoplatos y tomar un último aliento antes de gritarles que no estás enfadado, que está todo bien, que no estás triste, tampoco enamorado, no es hambre, no es un mal día, no es una mala vida, no son las tres cervezas que tomaste el otro día y tampoco la media caja de cigarrillo sobre la mesa, es que, eres solo tú, siendo tú, como siempre, como en las noches. 

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