sábado, 13 de abril de 2013

Nuestro karma.

Sumergido en nuestros recuerdos, en lo que fuimos, en lo que seremos.
¿Qué queda de nosotros? Nada, nada más que momentos, que risas, lágrimas y recuerdos, después de todo, eso somos ¿No? Un momento, un segundo, un gesto, una vida, un sentimiento roto, incompleto, a causa de aquellos fragmentos de nuestro ser que regalamos a cada una de las personas que conocemos, aquello que no volveremos a tener, aquello que no nos pertenece ya.
La pregunta es: ¿Podemos quejarnos? Por supuesto que no, porque es nuestro karma el que nos forma, es lo que merecemos después de robar fragmentos de los demás, después de quedarnos con una parte de cada rostro que pasa, como lo hace el viento, como lo hace el río, como lo hace incluso este momento mientras formamos nuestro universo. 

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